La Alvariza de la casa de Estrela de Ramil
Cuando el Piorno me olía a MIEL
Me encanta la MIEL. Mi madre me decía que era un “Larpeiro”. Me contaban que desde muy pequeño mi comida preferida era una rodaja de pan untada de miel.
Cuando tenía tres o cuatro años acompañaba a mi abuelo José María, a su alvariza. Mi abuela Manuela y mi tía Inés me habían confeccionado un traje de plexiglás, un plástico muy delgado y transparente, para protegerme de las picaduras de las abejas. No debía ser muy eficaz ya que pronto adquirí inmunidad a tales picaduras que dejaron de hacerme daño. De hecho hoy no se me inflaman ni las picaduras de las abejas ni las de las avispas.
La alvariza de la casa de Estrela, estaba situada en el monte de Gresande, en la ladera que da al regueiro de Moas, a la altura del segundo molino, protegida del norte y del levante, cara al mediodía, junto al sendero que subía desde PonteMoas hacia las Zancadas, hacia los prados de Moas y hacia Gresande. En los años 80 del pasado siglo con la apertura del camino de PonteMoas a Ramil la excavadora se llevó por delante la mayor parte de la alvariza de la que queda en pie sólo la pared de arriba, medio derruida, con sus esquinas laterales.
En la zona hay una gran extensión de monte, monte de Gresande y monte de Carballude, con toxo arnal (ulex europeus), toxo molar (ulex minor), carqueixas (genista) o xestas (cytisus). También abundan castaños en las Gandariñas y en Moas, los robles en las Zancadas, las Chousas o la Fonte do Gafo, los avellanos en la fraguiza de Ramil y los muchos y variados frutales que pueblan los prados y las huertas de Ramil, Vales, Carballude, o la Ribeira de Botos. La alvariza está en el lugar ideal para que las abejas polinicen los diferentes árboles o matorrales, recojan el néctar y lo conviertan luego en un rico manjar que se conoce como MIEL
Situación
de la Alvariza de Estrela: (Foto
rediseñada por Antonio Presas)
En
esta foto aérea de 1956 se puede observar, empezando por el lado derecho la vía
del ferrocarril con el camino que subía desde Pontemoas hacia Lalín, que al
pasar por el pontón debajo de la vía se bifurcaba hacia A Ribeira y a
Carballude. A la izquierda del puente sobre el río Asneiro se observa la
bifurcación a la derecha hacia Gresande, por donde ahora va la carretera, y en
el que se observa a unos 200 metros el camino para bajar al molino de herederos
(conocido también como molino de Portela, primitivo dueño, o molino de
Pontemoas). A la izquierda el camino que iba hacia Ramil del que partía el
sendero que nos llevaba a los prados de Moas, a las Zancadas o hacia Gresande,
y que ahora, hasta la bifurcación, es perte de la pista que va hacia Ramil.
Señalada con el círculo rojo estaba la alvariza de la que solo queda en pie la
pared de arriba.
La Alvariza era de las que el investigador Antonio Presas denomina como Modelo Candán, “un recinto fortificado con muros que sobrepasan os dous metros de altura, rematados nunha cornixa capeada a modo de "tornarratos”, como defensa non só para os melíferos osos pardos, nunha Serra na que a presenza del foi real ata o século XIX, senon tamén para a maioría dos animais”.
Las paredes de la alvariza de Estrela tenían unos dos metros de altura y formaban un rectángulo de unos cinco metros de ancho por unos quince de largo desde la pared de arriba hasta la de abajo. Una puerta, de unos 70 cm. en el lado de poniente daba acceso al recinto. Dentro, donde había matas de flores, entre ellas algunas de toxo, carqueixa o romero, un laurel real en la parte de arriba, que se utilizaba como repelente de moscas y mosquitos, y un cerezo grande en la parte de abajo, que daba sombra en verano a buena parte de la alvariza.
Las colmenas estaban colocadas, cuatro o cinco en línea, a lo ancho de la alvariza y cada línea estaba colocada en una especie de escalera ancha, que permitía, desde la entrada, subir, bajar, o extraer los panales de miel. En las escaleras del fondo quedaban dos hileras de viejos cortizos de alcornoque.
A partir de la mitad de la década de los años 40 era cuando yo acompañaba a mi abuelo a cuidar las colmenas y a ayudarle, recuerdo con el fuelle de humo, cuando recogía los panales de cera y miel. Recuerdo también que una tarde, casi de noche, haber ido con él a recoger con un saco de esparto, un enjambre de un roble de las Zancadas. Al inicio de la década de los 50, después de haber sufrido varios robos en enjambres y en miel, trasladó las que le quedaban, unas 15, a la huerta de su casa en Ramil. Allí, a la muerte de mi abuelo, mis tíos Manuel y José siguieron cuidándolas hasta que ya, a finales de la década, se casaron y las colmenas se fueron poco a poco perdiendo.
Cuando en 1914, mi abuelo José María do Souto de Abaixo se casó con mi abuela Manuela de la casa de Estrela de Ramil ya existía la albariza. Puede ser cosa de mi bisabuelo, José Rodríguez, que se había casado, en la década de los 80 del siglo XIX, con Amalia Soto de Millerada, cuya familia según contaba mi madre, eran buenos cosecheros de miel. Probablemente la alvariza sea incluso mucho más antigua. En el Catastro de Ensenada, en 1752, José de la Torre, que vivía en la casa da Calexa de Vales, aparece como propietario, entre otros bienes, de un molino en Moas y varias colmenas. En documentos de 1779 aparece una cesión, por una renta de dos ferrados de centeno al año, de Josefa de Toubes, viuda de Pedro da Torre (hijo de José da Torre) a Pedro do Souto y a su hijo Francisco do Souto, de un prado y un molino en Moas. El padre de mi bisabuelo de Estrela era descendiente de estos y procedía de la casa que actualmente conocemos como casa dos Curros.
En esta foto de Antonio Presas se aprecia
parte de la pared que queda en pie de la alvariza de Estrela junto a la pista que sube hacia Ramil.
Contaba mi madre que mi abuelo, cuando regresó de Argentina en 1926, a donde había emigrado siete años antes, y en donde ejerció su oficio de carpintero en un taller de ebanistería, cambió los antiguos cortizos por colmenas de madera que él mismo iba construyendo. Por la fiesta del Santiago, todos los años se acercaba a Zobra, a Bustelos o a Moa a comprar un cabrito para la fiesta y de paso se traía semillas de diferentes tipos de plantas rastreras e incluso clases de toxos o ericas (brezo) que esparcía por los montes de Gresande o de Carballude, al otro lado del río. En esa época en los torreones, que cerraban las fincas de la casa plantó piornos, un tipo de retama negra con muchas flores amarillas, que recuerdo me olían a miel. Me costó algunos años entender que la miel, que tanto me gustaba, era la que recogían las abejas de las flores amarillas de los piornos. Contaba también mi madre que cuando estaban construyendo la vía del ferrocarril, que va por el otro lado del río, mi abuelo aprovechaba los terraplenes para sembrar esas semillas de plantas de flores para sus abejas.
Recuerdo que en la carballeira de Vales de Estrela, que entre buen número de carballos, en la parte de más arriba, junto al camino que iba hacia o Rodado, había dos sobreiras (quercus suber) de buen porte. De ellas pudieran haber salido las cáscaras para los viejos cortizos.
Era muy bonito, en primavera, ver los torreones que cerraban la carballeira de Vales de Estrela, la Zarra do Monte o la Raxeira de Arriba, cuajados de piornos que teñían de amarillo los cerramientos y que me olían a la miel que tanto me gustaba.
A mediados del siglo pasado recuerdo que en muchas de las casas de Gresande había cortizos o colmenas. En el fondo del nabal da calexa de nuestra casa de Vales, protegidos por el cierre de laureles que había al fondo, teníamos cuatro pequeñas colmenas, que aunque no producían mucha miel, nunca faltaba la miel en casa. Los grandes cosecheros de miel eran los de la sierra del Candán (Zobra, Moa, Bustelos, A Trigueira, etc).
Actualmente, en Gresande, algunos siguen cosechando miel. En Ramil Jorge Peña es un buen apicultor y David Liñares, de la casa de Materio de Gresande, es uno de los mayores apicultores de Galicia. Es un estudioso de la apicultura especializado en la cría de reinas y de núcleos que vende a apicultores de toda España y Portugal. Su miel ha sido premiada en distintos e importantes concursos. Imparte cursos de formación sobre iniciación a la apicultura por toda Galicia y provincias limítrofes sobre el alimento de las abejas, la lucha contra la avispa velutina, la cría y selección de reinas o multiplicación de colmenares, etc. Es el organizador de la Feria de apicultura Alvariza, que se celebra en Lalín y a la que acuden los cosecheros de miel de Galicia, los de Portugal y los de las grandes zonas meleras de Murcia, Extremadura, Toledo, Guadalajara o del norte de España y a la que acuden también muchísimas empresas relacionadas con la apicultura.
Eladio Rodríguez Souto
La Manga, verano 2022
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