sábado, 10 de noviembre de 2018

MOLINOS HARINEROS DE GRESANDE II


Muiño de Ponte Moas


El molino es fácil de encontrar. Llegando desde Lalín por el puente de Ponte Moas al pasarlo, en la bifurcación Ramil Gresande, cogemos, la dirección a la derecha, hacia Gresande. A menos de 100 metros subiendo sale un caminito a la derecha que baja hasta el molino que está a menos de 300 metros.

Puente Ponte Moas. Bifurcación Ramil Gresande

Se conoce desde principios del siglo pasado como Muiño de Portela, al que algunos llamaban también Molino de Gresande.

Un poco de Historia:
A principios del siglo pasado Manuel de Portela construye una presa y un pequeño molino en el lugar donde se encuentra el actualmente molino de Ponte Moas. En varias ocasiones el río se encargaba de llevarse parte de la caseta y en alguna parte de la presa.
En 1915 Antonio Toimil González de Botos contrae matrimonio con Manuela Dobarro de Porreiros. Pensando que montar un molino harinero era un buen negocio denuncia el tramo del río Asneiro desde, donde terminaba el encoro del molino de Portela, unos treinta metros abajo del puente de Ponte Moas, hasta O Requeixo donde ya existía el molino perteneciente a los vecinos de Botos. En abril de 1922 presenta ante el gobernador civil de Pontevedra una solicitud, acompañada de un proyecto de molino firmado por un ingeniero de caminos y una nota aclaratoria, para desviar 500 litros de agua por segundo del río Asneiro, por su margen derecha, para utilizarla como fuerza motriz de un molino harinero.



Uno de los planos del proyecto del nuevo molino
A unos 30 metros del puente, por el lado de Carballude, se pueden observar, aún hoy, algunos montones de piedras que iban destinadas a la construcción de la presa y el molino.
Debido a los problemas con los que se encontró, básicamente anegar los prados arriba del puente, renuncia a la construcción de la presa y el molino y entra en negociaciones con Manuel de Portela para comprarle su molino.
El primero de octubre de 1924, en Prado se firma un documento de compraventa en el que Manuel Portela Blanco vende por mil pesetas a Antonio Toimil González un molino harinero, libre de todo gravamen, situado en el rio Asneiro más abajo de Ponte Moas ante los testigos Eduardo Madriñán, Angel Montoto y Ramón Recemil.
Parece que D. Antonio Toimil explota el molino de Ponte Moas durante unos tres años. En 1927 decide vender el molino para emigrar a Argentina.



Ultima página del documento de compra del molino por los herederos
El 19 de Julio de 1927 ante los testigos Manuel Gómez Ferradás, Manuel Dobarro Rodríguez y Evaristo Souto Otero, D. Antonio Toimil González y su señora Manuela Dobarro venden en dos mil pesetas, el molino de su propiedad, que habían comprado a Manuel Portela, a un grupo de dieciseis vecinos, encabezados por D. Eladio el cura de Gresande, Antonio de Materio, Manuel da Cima y Manuel de Trigueiro (suegro de Toimil) con la siguiente participación en horas cada 15 dias:
Eladio Rodríguez Medela, para su casa de Vales, 24 horas
Antonio González Pereiro, de la casa de Materio, 36 horas
Manuel Dobarro, de la casa de Trigueiro de Porreiros, 36 horas
Manuel Blanco, de la casa da Cima de Cristimil, 24 hora
Benito Pereira, de la casa de Vales, 24 horas
José Gil Feijoo, de la casa de Vales, 24 horas
Francisco Pereiro, de la casa de Pereiro de Ramil, 24 horas
José Rodríguez, de la casa de Estrela de Ramil, 24 horas
José Pereiro Rguez. de la casa dos Curros (Ramil), 24 horas
Francisco Pampín, de la casa do Torneiro de Ramil, 24 horas
Ramón González Jubin, casa da Fonte de Gresande, 24 horas
Ramón Gamallo García, de la casa de Xacobe, 24 horas
Gumersindo García Pereiro, de Ramil, 12 horas
Florinda González Barreira, de la casa de Puga, 12 horas
Ramón Glez. Rguez. casa de Reboredo, 12 horas
Manuela Fondevila, de Insua, 12 horas
El molino estuvo funcionando hasta que en el otoño de 1932 una importante crecida del río se lleva el tejado del molino, la parte alta de las paredes y parte de la presa sufre también las consecuencias de la riada. Me contaba mi madre, que en aquella fecha tenía 17 años, que la cantidad de lluvia caída fue tal que desde arriba de Vales el agua caída había abierto un cauce de unos dos palmos de profundidad y como dos metros de ancho, a través de los nabales y prados de Vales. Ya en Ramil el cauce continuaba por el prado de Santomé. No quedaba nada del muro que separaba la fuente de Ramil del prado de Estrela y en él quedaba un cauce profundo de tierra y piedras.



En la foto de Raquel González, en el invierno de 2006, el río llegaba al piso del molino. En este caso el molino estaría "peado"
Contaba también mi madre que cuando estaban llegando al molino vieron que había desaparecido el tejado y que un “fol” (saco de cuero) que habían dejado el día anterior estaba de pie casi cubierto de agua. Del puente de Ponte Moas solo quedaban parte de los muros de apoyo laterales y una de las vigas.
El seis de Setiembre del año siguiente se reúnen los herederos del molino de Ponte Moas Amalia Rodríguez Medela, Antonio González Pereiro, Manuel Blanco, Manuel Dobarro, Benito Pereira, José Gil, Francisco Pereiro, José Mª. Souto, José Pereiro Rodríguez, Francisco Pampín, Ramón González Jubin, Ramón Gamallo García, Benjamín Sánchez, Ramón González Rodríguez, Gumersindo García Pereiro y Florinda González Barreira.
En el “Acta”, levantada al efecto, se recoge que quieren reconstruir el molino y por esa razón la firman comprometiéndose a las condiciones para reconstruirlo:
Se comprometen a participar en los arrastres necesarios y en las peonadas y el que no pudiera hacerlo abonará diez pesetas por arrastre y cinco por peonada los que tengan de 24 horas del molino, y la mitad los que tengan 12.
Se eligen además a Antonio González Pereiro, Manuel Dobarro Vidal, José Rodríguez Villar (mi padre) y José Pereiro Rodríguez para encargarse de recaudar el dinero, que a cada uno le corresponda según su participación en el molino, para hacer frente a los gastos que se vayan produciendo en dicha reconstrucción.

Ante los testigos Marcelino González y González y Antonio Vidal Otero firman el documento Amalia Rodríguez Medela (la letra de la firma es de mi padre), Antonio González, Manuel Blanco, Manuel Dobarro, Camilo Rodríguez, Adolfo Pereiro, José Mª. Souto, José Pereiro, Francisco Pampín, Ramón González, Ramón Gamallo, Benjamín Sánchez y Gumersindo García.
El domingo 26 de noviembre del año siguiente 1934, después de misa, Don Marcial Diéguez Vales, cura de Gresande, acompañado de los herederos, bajaba hasta el molino, lo bendecía y lo ponían en funcionamiento.


Pocas veces he visto el río bajar con semejante caudal. (Foto Raquel González. 2006)
José da Xesta había dirigido a su equipo en la reconstrucción del molino y en la reparación de la presa. Con dinamita volaron parte de la roca lateral para cimentar el molino sobre la roca y abrir un paso entre la roca y el molino, para llegar a los rodicios y quitarle presión a las paredes del molino durante las crecidas del río. La arqueta la excavaron en la roca y el molino lo cimentaron en la roca fuera del río. Del Castramontaz habían traído tres piedras una para el pie y las otras dos para, una vez desvastadas, convertirlas en muelas de moler. Con ellas se montó el molino nuevo. Al lado se aprovecharon las piedras del molino antiguo, más pequeñas, para cuando se quisiera utilizar. La arqueta tenía dos salidas de agua, una para cada rodicio.
José da Xesta, que se casó luego con una de Botos, siguió llevando la puesta a punto del molino hasta finales de los 40, cuando se encargó del molino Montouto de Ramil.
A mediados de los años 50 el molino pertenecía a unos 30 herederos. Unos ocho de día completo (mi casa de Vales molía los viernes, mis abuelos de la casa de Estrela de Ramil, molían los lunes), otros por partijas o compras tenían 12 o 6 horas.
Por los años 60-70 el molino se fue abandonando ya que se dejaba de cocer el pan. Con la construcción de la carretera en los años 50 y el asfaltado de los caminos los panaderos llegaban fácilmente repartiendo por las casas el pan recién cocido. Para moler el maíz para el ganado se empezaron a utilizar trituradoras con motor eléctrico o enganchadas al tractor
En los primeros años de este siglo, con ayuda de los fondos FEDER, alguna subvención del ayuntamiento y de la diputación y la dedicación de algunos vecinos se restauró el tejado, parte de las paredes, puerta, ventana, etc.
A finales de junio de este año he querido entrar para hacerle unas fotos y ver como estaba el molino, pero me fue imposible. El camino de entrada era un zarzal tupido. Bautista García me comentó que el embalse (tosta) se había roto y que el rodicio había desaparecido (era de de hierro).


 A mediados de octubre pasado Daniel González Alén  entró hasta el molino y la foto que saco da idea de como está.
Quizas, para poner en valor y darle utilidad a lo que queda del molino podría plantearse trasladar las piedras de uno a la zona del Teleclub de Gresande para conservarlas y así poder explicar a los jóvenes como funcionaban los molinos harineros, y el rodicio del otro adaptarlo a una bomba para subir el agua del río a una balsa grande, que se podría construir en la parte llana del monte de Gresande, que serviría para en casos de incendio, como el del otoño del año pasado, para que las cisternas de los tractores o los helicópteros, pudieran recoger el agua fácilmente para acudir a apagar el incendio.

APENDICE:
Teoricamente un molino harinero movido por agua es una máquina que utiliza la fuerza del agua para moler el grano y convertirlo en harina para hacer el pan o dársela a los animales. Consistía en un complejo mecanismo en el que el agua sometida a fuerte presión chocaba con las palas (penlas) del rodicio al que obligaba a un movimiento de rotación que a través del eje era transmitido a una piedra que giraba (moa) sobre otra piedra fija (pie), que descuartizaba el grano que había sido depositado en una torva (muega), que utilizaba también el movimiento del rodicio para regular la cantidad de grano que caía.

Elementos del molino harinero hidraulico

Tosta (embalse): El agua llegaba por el río o por el regueiro. En los molinos de regueiro se iba a buscar el agua hasta las fuentes para que llegara la máxima cantidad al molino y en el caso de un río un muro de piedra cortaba la corriente del río, embalsaba el agua y en unos casos se llevaba el agua por un cauce lateral que iba ganando altura con respecto al cauce del río o en el caso del molino de Ponte Moas la pared, que tenía unos tres metros de altura embalsaba el agua y mediante una compuerta se dejaba pasar a la arqueta la cantidad que se necesitaba para mover el molino.
Arqueta: Es un depósito cuya misión es darle presión al chorro de agua que choca con las palas del rodicio. En los molinos de regueiro la parte final del cauce, en algunos casos hacía de arqueta. En el del molino de Ponte Moas la arqueta tiene unos cinco metros de largo por dos de ancho, un metro de profundidad en la compuerta y unos tres en el fondo final de donde salían los chorros para los rodicios.
Billote: Una pequeña compuerta, que se manejaba desde el compartimento del molino, abría y cerraba el paso del agua por un tubo que formaba un chorro que al chocar con las palas del rodicio movia todo el mecanismo. El grosor del tubo variaba por la cantidad de agua que llegaba al molino y a esa cantidad se adaptaba el tamaño de la muela. En el caso del molino de Ponte Moas el villote del molino antiguo era más delgado que el del molino grande.
Penlas: Son las palas o cazoletas donde bate el agua con fuerza y que da movimiento a todo el mecanismo. Solían ser de madera o de hierro fundido. Recuerdo de pequeño, con mi amigo Florentino y con mi hermano Amalio, en el prado de Moas, como jugábamos con el agua a los molinos. En esta época cogíamos una castaña, le hacíamos un agujero en el centro y le pasábamos un palo para apoyar el molinete que hacíamos clavando en la castaña palitos en los que habíamos ensartado castañas de las laterales del erizo vacías, con una caña hacíamos que el agua cayera en la pala y el molinete, que tenía seis-ocho palas, se movía velozmente.
Rodicio: Uno de los elementos más importantes, transforma la fuerza-peso del agua, que da en las palas, en movimiento circular. El conjunto rodicio está formado tres piezas: las penlas, la mesa y el eje.
Mesa: El rodicio, en el centro de su eje por abajo tiene una aguja, que normalmente es de hierro o metal sobre la que gira en la mesa donde se apoya. La mesa generalmente es de piedra (un canto rodado) pero también puede ser de madera. En el caso del molino de Ponte Moas ambas mesas eran de cuarzo que estaban montados sobre una gruesa losa de pizarra que desde el recinto del molino y a través de un tornillo sin fin se podían levantar o bajar, lo que a la hora de moler la harina podía ser más gruesa o más fina.
Eixe: Es un palo de madera o de hierro que desde el rodicio transmite el movimiento de rotación a la muela y a los mecanismos que hacen caer el grano. En los molinos de regueiro también se llamaba “Touso”. En el caso del molino de Ponte Moas el del molino grande era de hierro y el del pequeño era de fresno.



En esta foto de Daniel González Alén se ve el pie y la moa del milino antiguo y el pie del molino grande y al fondo arrimada a la pared la moa.
Pê de Moa: Piedra redonda de granito o cantería de importante grosor, fijada al suelo del molino, con un agujero en el centro por donde pasa el eje del molino que mueve las partes altas. Puede variar de grosor entre 40 y 80 centímetros y de diámetro entre 70 a 90 centímetros las de regueiro y 90 a 1`20 las del río. La parte de arriba tiene una pequeña inclinación desde el centro hacia los laterales y unas pequeñas estrías por las que van colándose los granos para ser descuartizados.
Buxa: Es una pieza-tapón de madera de abedul que cierra el agujero del pie para que el grano caiga entre las dos piedras para ser triturado y sirve también para centrar el eje antes de encajarlo en la moa.
Segurola: Es una pieza de hierro, en forma de barra alargada, que encaja en la moa, la fija, le transmite el movimiento circular, hace que pueda levantarse o bajarse para controlar el nivel del mayor o menor grosor de la harina. En ella va encajado también el “bao”, palo delgado de hierro o madera, que servirá para comunicar el movimiento a las partes altas del molino.

Esta moa es de un molino de regueiro, 90 cm. de diámetro, vista desde arriba.
Moa: Es la pieza responsable de la trituración del grano. Es una piedra redonda de granito o cantería, de entre 15 a 25 centímetros de grosor y de un diámetro que puede ser igual, un poco mayor o incluso un poco menor que el pie. Es redonda con pequeñas estrías en la parte baja que entra en contacto con el grano. La zona central tiene más separación del pie que en los laterales, para que, según va dando vueltas, el grano se vaya triturándose cada vez más. En el caso del molino de Ponte Moas a través de unos tornillos sin fin que unían las mesas de ambos molinos con el piso del molino se podían separar o juntar las moas con sus piés. La harina era más fina cuanto más junta estuviera la moa con su pie. Recuerdo a mi padre que ponía la mano por donde salía la harina para, al tacto, ver si le gustaba o tenía que bajar o subir la moa.



En esta foto se ven, vista desde abajo los encajes de la moa con la segurola
Caixa: Es una caja semicircular de madera que rodea la muela con un diámetro de unos 12 cm. mayor. Está apoyada en el pie o en el suelo del molino y tiene como función que la harina no se esparza por el suelo del molino. Tiene una pequeña abertura en la parte baja y delantera de la caja llamada “moente” en la que se ajusta un saco o un “fol” para que la harina vaya cayendo en él.
Tarabela (traque): Es un palo que desde la segorela llega hasta la punta de la quenlla a la que comunica un pequeño movimiento para que caiga el grano y por el sonido que produce al topar madera con madera se puede saber si el molino va rápido o lento.
Quenlla: Es una especie de barquillo de madera que recoge el grano y que con el movimiento que le da la tarabela va cayendo al molino. La parte delantera de la quenlla se puede regular bajándole o subiéndola según se quiera, con un cordel enganchado a la mueja.
Mueja: Es un depósito de madera en forma de embudo colgado de las vigas del tejado y con una capacidad que puede variar entre 25 y 75 kilos. Tiene una pequeña abertura en la parte más baja por donde sale el grano para la muela. En el caso de los de Ponte Moas unas pequeñas escaleras de madera daban acceso para subir y vaciar los sacos de grano.
Fol: Es un saco de piel de oveja o de cabra que se utilizaba para llevar el grano al molino y traer de vuelta la harina para casa. Mi padre solía llevar en la yegua dos foles de grano y volvía con los dos foles llenos y la harina que no le cogía, ya que como harina ocupaba más espacio, en un fol más pequeño, que colocaba en el centro de la albarda de la yegua.
Como se elaboraba un "fol": Con motivo de alguna fiesta, celebración o banquete se mataba una oveja o una cabra. Se la quitaba, con cuidado, la piel sin romperla a la que se limpiaba de la carne o la grasa que salía con la piel. Se lavaba con agua y jabòn y se dejaba secar durante unos días. Cuando ya estaba seca con un cuchillo adecuado se la quitaba el pelo o la lana. Se sometía a un curtido durante unas semanas y se le cosían todas las aberturas excepto el pescuezo, que serviría para llenar o vaciar el "fol".
Maquía: Parte de grano con el que se queda el molinero, que tiene un molino de maquia, como pago por la molienda, solia ser una veinteava parte.
Pear-peado: Palabra que se utilizaba para indicar que el molino no podía moler por una de estas cuatro razones. a) El río ha crecido y el agua cubre el rodicio. b) Han puesto a moler grano verde y se forma una masa pegajosa que impide el movimiento de la muela. c) Han bajado tanto la moa que no tiene hueco para deslizarse. Y d) no entra agua suficiente por el billote para mover el rodicio.
Mis agradecimientos a José de Materio, Bautista García, Raquel González, Javier Pampín, a mis hermanos Cholo y Amalio con los que en muchos momentos hemos dialogado sobre estos temas y uno muy especial a Daniel González Alén, que el mes pasado penetrando entre las zarzas y los arbustos, consiguió llegar al molino y hacerle unas cuantas fotos en su estado actual.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Los Molinos Harineros de Gresande I


LOS MOLINOS HARINEROS DE GRESANDE

Introducción:
A mediados del mes de Julio se publicaba en la prensa científica que una arqueobotánica española, Amaia Arranz Otegui, que trabaja para la Universidad de Copenhague, descubre en Jordania restos de pan elaborado con cereales en época neolítica cocinado con grano silvestre, 4.000 años antes de lo que los científicos datan el nacimiento de la agricultura.

Recolectar las semillas, limpiar los granos y molerlos para poder formar masa que puesta al fuego o en una piedra calentada previamente se convertía en pan, significaba mucho trabajo.

La actividad transformadora del cereal mediante el uso de piezas elaboradas comenzó con la fricción entre una madera o una piedra labrada que refregada contra otra piedra desmenuzaba el grano para hacer masa. Estos molinos llanos o manuales ya eran empleados en la época castreña, antes de la romanización, en Galicia. 



El 13 de Diciembre de 2.015, en el Faro de Vigo, Daniel González Alén nos deleitaba en el artículo “Os tesouros arqueolóxicos de Gresande” con una foto, de Paco López Cuiña, de una pared de una casa de O Souto, en la que se puede observar la mitad de una piedra de molino de este tipo procedente seguramente del castro de Gresande.
Con la invasión romana aparecieron los molinos de mano circulares. Con una pieza pétrea fija y con otra móvil y mediante el uso de la fuerza muscular se molía centeno, trigo o cebada, moviendo la piedra superior mediante el empuje de la mano en sentido circular.
La alta Edad Media trajo la incorporación de los molinos de agua, que utilizaban la fuerza del agua a través de un rodicio, que movía la muela de moler, descargaban de un complicado trabajo. Se supone que su aparición está vinculada a los monasterios que los introducirían allá por el siglo XI.
Este trabajo constará de dos entregas. En la primera analizaré los caudales de agua de la parroquia y los diferentes molinos que movían esas aguas a los que acudían los vecinos con su grano de trigo, centeno o maiz, para convertirlo en harina y con esta, convenientemente amasada, hacer el pan o alimentar a los animales.

Las aguas:
La Parroquia de Gresande, en cuyos límites están los ríos Deza y Asneiro, tiene tres importantes regueiros, el de Marcelín, el de Ramil y el de Moas que vierten sus aguas al Asneiro y otro más pequeño que riega los prados de Insua y vierte sus aguas al Deza.
 En el Catastro de Ensenada de 1.752 parece que los molinos harineros son la industria más importante de la zona. En la parroquia de Gresande aparecen seis molinos harineros todos en el regueiro de Moas. En Cristimil documentan 10 molinos harineros: uno en el río Deza, dos en el arroyo de Fontao, otro en el de Gondufe, tres en el de Berelle y otros tres en el de Sanxurdo. En Anseán documentan 5 molinos harineros todos en el regueiro de Soutullo, que pertenecen a José Ferreiro, a Domingo González, a Juan Gil, a Lorenzo Fernández y a Fernando González.  En Barcia documentan 7 molinos harineros: cinco en el regueiro de Barcia, otro en el de Alfonsin y otro en el de Ribela. Vilatuxe con 15 molinos harineros es la parroquia que documenta más: uno situado en el Pedroselo, tres en el arroyo de Moa, otro en el de Cortizos, cinco en el de Pía, otro en el de Zima, otro en el de Lavandeira, otro en el de Gunduriz y dos en el de Mela. En Soutolongo son 9 los molinos harineros documentados: dos en el regueiro de Marcelín pertenecientes a los vecinos de Vilar Manuel García y Gregorio Núñez, otro en el río Asneiro en el puente de Viñoa, y otros seis repartidos en los arroyos do Pozo, do Carneiro, do Pórtigo y  en el de Ateán. En Botos documenta el Catastro de Ensenada 9 molinos harineros: cuatro en el regueiro de Barreiro y los otros en el de Coto, en el de Viqueira, en el de Puerto Manico y en el de Freixa. Y en Dosión se documentan 5 molinos harineros: uno en Estivelle, otro en Bergazos y tres en Donsión.
El llamado Camiño Real, “o camiño dos arrieiros”, desde el marco do Couto hasta al Castro de Gresande, que marca la divisoria entre la parroquia de Barcia y la de Gresande, marca también la divisoria de las aguas que vierten al Asneiro o al Deza. Desde el Castro de Gresande al Castro de Mato y de ahí hasta Quintá y la junta de los ríos, cerca ya de Puente Taboada, las aguas de la izquierda van al Deza y las de la derecha al Asneiro.

Regueiro de Marcelín:
Recogiendo las aguas desde O Couto, y las zarras de Vilar, las fuentes de la Chousa Grande, O Rodado, Puzo Caseiro, y especialmente Marcelín se forma el Regueiro de Marcelín en el que existían tres o cuatro molinos harineros, que pertenecían a los vecinos de Vilar y que estaban situados entre los prados de Marcelín y las zarras del Sabugueiro, como medio kilómetro antes de encontrarse en o Requeixo con el río Asneiro. Curioso era el “fiel” que pasados los molinos dividía el agua, en dos partes idénticas, para regar los prados de Ramil y de Vilar.

Rego de Ramil:
Recogía el agua para el Asneiro, de las fuentes desde Penaventela hasta Pena da Cruz. Fonte Xoanas, regato dos Curros, fonte do Pedregal, Fonte de Vales, Minas da Zarra Nova, Fonte María y Fonte de Ramil. Dos molinos harineros eran movidos por el agua de este regueiro antes de deslizarse por la Fraguiza para caer en el Asneiro. El molino de Santomé situado antes de que el rego cruzara el camino de Ponte Moas y el molino de Liñares, situado al final de los prados, unos 100 metros más abajo, a la altura de la huerta de Montouto.

Regueiro de Moas:
Recogía toda el agua que fluía desde Pena da Cruz (empalme de Soutullo) hasta o Cotiño de Gresande hacia el Asneiro. La fuente de Gresande, con un apreciable caudal, regaba los prados de Gresande, de la Tremesiña, los Chopes de Gresande y los prados de Moas. Allí confluía con el rego da Fonte do Gafo, que traía el agua desde Pena da Cruz, Fonte de Quintas, y pozos de Agueiros, y con el rego das Zancadas que recogía el agua de las fuentes de Bargo. A partir de los prados de Moas se ubicaban los seis molinos que están documentados en el Catastro de Ensenada.
En documentos de la casa de Vales en 1561 Bastian de Vales era dueño de un molino en Moas.
En 1752 (Catastro de Ensenada) los propietarios de los seis molinos de Moas eran José de la Torre, Francisco González, Juan da Hermida, Pedro do Souto, Fernando González y Bernardo Núñez Taboada. En los años 20 del siglo pasado eran conocidos como El Muiño de Vales, El Muiño Novo, El Muiño do Medio, El Muiño de Ramil, El Muiño do Fondo y el Muiño do Cura. Ya por los 50 El Muiño de Vales era el de Elías y seguía funcionando. El Muiño Novo era de vecinos de Gresande. El Muiño de Ramil, por los años 20, fue el primero que dejó de funcionar, cuando sus socios participaron en la compra del Molino de Portela, en el río grande. El Muiño do Fondo era de Herederos y dejó de funcionar por los 50.
El catorce de Mayo de 1.784 se celebra en Ramil, en casa de María da Balagosa, la vista de la denuncia que habían presentado los vecinos de Vales Antonio Gil (padre de Vicente Gil) y Josefa de Toubes (madre de Teresa de la Torre) contra los vecinos de Gresande Bernardo de Portela, Domingo de Otero, Baltasar Gómez, Manuel de Hermida y algunos más, sobre el agua de la fuente de Gresande que cruzando la Tremesiña y los Chopes hacía mover los molinos de Moas.
Vicente Gil y Teresa de la Torre son los que con su boda en 1.793 unifican la Casa de Vales, construyen la Casa Grande, que terminan de construirla en 1.806, y en 1.816 solicitan en la Cancillería de Valladolid el reconocimiento de HIDALGUIA.

Rego do Foxo:
Recoge el agua de la fuente Cornixa, riega los prados de Insua y entra en el río Deza. No hay en él ningún molino.

Muiño de Ponte Moas:
A principios del siglo pasado Manuel de Portela construye, en el río grande, una presa y un pequeño molino en el lugar donde se encuentra actualmente el restaurado molino de Ponte Moas. Antonio Toimil, en 1924, compra ese molino y en 1927 lo vende a su vez a un grupo de vecinos de Gresande, encabezados por el cura D. Eladio Rodríguez Medela, que había heredado una casa en Vales, Antonio de Materio de Gresande, Manuel da Cima de Cristimil y el suegro de Toimil Manuel Doberro de Porreiros.
 Como he comentado anteriormente toda la historia de este molino, conocido popularmente como “O Muiño de Portela” y el apéndice sobre los elementos que componen un molino harinero, movido por agua, serán objetivo de la próxima entrega de los molinos harineros de Gresande.
Me contaba mi abuelo José Mª nacido en O Souto, que algunos vecinos del lugar eran socios de dos de los molinos del regueiro de Soutullo.
Otros dos molinos harineros importantes para los vecinos de Gresande, a mediados del siglo pasado, fueron el de O Chonco y el de la Pardiña, ambos de “maquila” (con una pequeña parte del grano o de la harina se pagaba al molinero).

Muiño do Chonco:

A un kilómetro del muiño de Ponte Moas, rio Asneiro abajo, Ramiro de Donsión, en los años 40 construye, a la altura de Porreiros en el lado de Carballude, un molino de maquila con dos muelas, una de ellas albar para moler el trigo y centeno. Para dar servicio a los clientes del otro lado del río mandó construir un pequeño puente para que pudieran llegar al molino los vecinos de Porreiros y el resto de parroquianos de Gresande y Cristimil.

Explica Daniel González Alén, en uno de sus artículos periodísticos, que era de maquía, é dicir, o muiñeiro para moerche o grao cobrábache collendo un pouco dese grao que che moia”.



Ruinas Muiño do Chonco Foto DGA

Sigue explicando Daniel González Alen que “o muíño tiña dúas rodas, unha para o trigo e o centeo e outra para o millo. O trigo e centeo empregábanse para facer pan (pois en todas as casas se cocía) e o millo empregábase para os animais, sobre todo para os porcos da ceba. Tamén tiña este muíño unha peneira que podías empregar e así xa saías de alí coa fariña preparada para cocer. Da peneira saían tres clases de fariña. A primeira era coñecida como “a flor”, e tal como o seu nome indica era branquiña coma a neve. Aparte de facer pan con ela empregábase para repostería, sobre todo para filloas. Despois desta saía outra un pouco máis escura que normalmente se mesturaba coa branca para facer pan, e despois saia a terceira. Xa que case era relón ou farelo; coñecíase como as míllaras (tercerilla). Xa por ultimo quedaba o relón ou farelo”.
https://www.facebook.com/daniel.gonzalezalen/posts/733385590333806


Muiño da Pardiña. Situado en el río Deza a la altura de Barcia. En verano, cuando el río traía menos agua, podías traerte también una botella de agua medicinal, de una fuente que salía en medio de la presa. Era buena para los dolores, el reuma y las enfermedades infecciosas. Yo recuerdo el sabor. Me imagino que cuando intentaban dármela me pondría bueno de golpe. Los huevos podridos seguramente tenían mejor sabor.