LA PIÑATA de
Gresande-Cristimil.
Historia
La más famosa fiesta de Entroido de la
comarca de Deza del último tercio del S. XIX y primero del S. XX.
Preámbulo
La fiesta
de “A Piñata” que se celebraba en el campo de A Goleta, el primer domingo de
cuaresma, entre los vecinos de Gresande y los de Cristimil, era la celebración
del Entroido más popular y más concurrida de la comarca de Deza y uno de los
más importantes “Altos dos Xenerais” de la Galicia Central.
Al Domingo
de Piñata, desaparecido hace ya más de 80 años al estallar la Guerra Civil, acudían
también los vecinos de las parroquias limítrofes disfrazados con trajes
carnavalescos o utensilios clásicos de los diferentes oficios.
Tan
sonada era la fiesta del Domingo de Piñata que los periódicos regionales
incluso daban cuenta de ella. En la edición de “El Pueblo Gallego” de Vigo del
4 de marzo de 1930, se daba cuenta del programa de la fiesta de La Piñata que
se iba a celebrar en el campo de “A Goleta” el domingo siguiente de aquel año.
El
Pueblo Gallego de Vigo, 4 marzo 1930
Organización de la Fiesta
Esta Fiesta de Piñata, que era la escenificación de una obra de teatro al aire
libre, en la que se enfrentaban la comitiva de los vecinos de Gresande a la de los
de Cristimil. Cada una de las dos comitivas iban al mando de un general que
era, digámoslo así, los protagonistas de la obra.
A
las doce de la mañana del domingo, las comitivas formadas con un general al
mando, vestido para la ocasión, montado sobre un enjaezado caballo, acompañado
por sus caballeros, sus tropas de a pie, los artesanos de diferentes oficios,
la banda de música y de festeros salían la de Gresande del “Campo da Festa” en
Gresande y la de Cristimil del “Campo da Festa” en Mato, para reunirse ambas en
el campo de A Goleta, limítrofe entre ambas parroquias. Allí escenificaban un
enfrentamiento entre los dos generales, que se mantenían a lomos de sus
enjaezados corceles, “Versallando”con disputas verbales. El resto de los
miembros de las comitivas, adecuadamente ataviados, escuchaban y vitoreaban las
ocurrencias de cada uno de los generales. Al final se hacían las paces entre
ambas comitivas y se disponían a disfrutar de la fiesta. El posicionamiento de
las escuadras lo describe muy bien Ester Vázquez Blanco de Mato, alumna del Instituto
Ramón Aller de Lalín, en su trabajo sobre la Piñata, publicado en la revista de
dicho instituto.
Tradiciones
Populares. Revista Instituto Bachillerato Ramón Mª. Aller Ulloa de Lalin. A
Piñata de Gresande e Cristimil. Mª. Esther Vázquez Blanco
También
asistían a la fiesta otros muchos vecinos de ambas parroquias o de las
limítrofes, convenientemente disfrazados, que representaban a los diferentes oficios
como herreros, carpinteros, canteros, tratantes, arrieros, capadores,
jamoneros, lecheros, zoqueiros, pescadores, cavadores, segadores que venían
acompañados de herramientas propias de cada oficio o de animales necesarios
para ello.
Cuentan
los de Ramil que Manuel de Pampín estuvo un año recortando y vaciando un tronco
de abedul, que luego adecuadamente pintado se convirtió en un jamón que parecía
auténtico. Convenientemente vestido de jamonero lo paseaba por el campo de A
Goleta y se ayudaba de un palo bien afilado para tentar los jamones de las
mozas que aparecían a su paso y le gustaban.
Con
motivo de la fiesta también se formaban coros que ensayando los días anteriores
a la fiesta interpretaban letras compuestas para la ocasión que interpretaban
con música de canciones conocidas.
Tampoco
solía faltar alguien disfrazado de fraile que desde un púlpito improvisaba un
sermón lleno de humor y retranca.
Tanto
los versos que pronunciaban los generales como las canciones que interpretaba
el coro versaban sobre temas de acontecimientos políticos o sociales de los
lugares, de las parroquias, de la comarca o del estado. Curioso: en las
disputas verbales entre los generales se utilizaba el idioma castellano y en
las canciones del coro y en el sermón del fraile u otras actuaciones se usaba
el idioma gallego.
Otro
acto muy bien acogido por los festeros era el “Juicio do Entroido” en el que un
vecino (en los últimos años Manolo da Lama de Mato) disfrazado, con un lacón y
unos chorizos colgados llagaba en un carro al campo en donde delante de la
pareja de la Guardia Civil era juzgado y cuando iba a ser condenado a muerte
conseguía escaparse entre el jolgorio general.
Aunque
en la Fiesta de la Piñata nunca se produjeron trastornos de orden público siempre
asistían las autoridades locales de Lalín para controlar lo que se decía y la
pareja de la guardia civil para mantener el orden.
La
fiesta del Domingo de Piñata, a la que también concurrían tabernas ambulantes o
rosquilleras, siempre terminaba con baile y diversión hasta bien entrada la
noche.
Empuñadura
del sable que lucía mi tío abuelo Manuel do Souto, en los años treinta como
general de los de Gresande.
Historia
No
se conoce el origen de la famosa Fiesta de la Piñata, de Gresande y Cristimil,
en A Goleta. Como otros “Altos de Generales” de la Galicia Central los orígenes
de A Piñata quizás estén en la imitación de las guerras carlistas de mediados
del siglo XIX imitando los uniformes, la disciplina y las armas cambiando únicamente
las peleas reales por las verbales.
El
nombre de Piñata quizás se lo han dado emigrantes que regresaban de América y
participaban en este festejo ya que allí se identificaba la Piñata con
cualquier festejo popular.
Los
versos puede que sean una imitación de los sainetes de la última mitad del
siglo XIX. Los Hermanos Alvarez Quintero, Carlos Arniches o Pedro Muñoz Seca
estaban de moda y se sentirían cómodos recitando alguno de los versos que en la
Piñata declamaban los generales.
“Sainete es una pieza dramática satírica,
de carácter costumbrista y popular”. Un buen ejemplo el de Pedro Muñoz Seca e
“La casa de la Juerga”:
Tengo un borrico canelo
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaó.
Rebusna como si fuera
diputao ministerial
y se come hasta el
pesebre como cualquier concejal.
Yo quisiera que a mi
burro lo sacaran diputao,
porque otros siendo más
burros a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá
tantos no lo voy a conocer.
Pedro Muñoz Seca: “La Casa de la Juerga”
En
el año 1879, cuando el Tío Manuel de Insua funda la Banda de Música de
Gresande-Sanxurdo, ya existía la Piñata. De hecho la banda fue creada para
participar en la fiesta de La Piñata. Tan unida estuvo la fiesta de la Piñata a
la Banda de Música y tanta importancia tuvieron ambas en Gresande y Cristimil,
que los mayores de los lugares comentan que en aquella época “onde había un
mozo había un músico e a maior satisfacción da que un mozo podía disfrutar era
ser nombrado general dun dos bandos”. Cuando la Piñata desaparece la Banda de
Música, a los pocos años también desaparece.
Comenta
Daniel González Alén en su crónica sobre La Piñata, publicada en el Faro de
Vigo del 25 de febrero de este año 2017: “Lástima
no haber recogido años atrás los testimonios de los protagonistas, ahora todos
ellos fallecidos y tener que conformarnos con las referencias de sus vecinos y
descendientes, en aquella época niños, que asistieron como espectadores y que
ahora aún emocionados recuerdan aquellos lejanos años”. Por eso, sigue
comentando González Alén, “las primeras
referencias que pudimos recoger de los vecinos de más edad nos llevan al año
1915 cuando Victorino González Peña actuaba como general de los de Cristimil
antes de emigrar a Buenos Aires”. “En varios países de Sudamérica tenía
tradición la fiesta del Carnaval y desde allí llegó a muchos lugares de
Galicia, de Canarias y de otras zonas de España como San Sebastián o Ciudad
Real mezclándose con otras tradiciones populares”.
La
banda de música de Gresande-Sanxurdo amenizaba con otra más los últimos años la
Piñata. La subvención de la fiesta, una parte corría a cargo de los vecinos,
con cuotas que marcaba la comisión, según un baremo de posibilidades de cada
uno. Otra parte se cobraba a los taberneros que acudían a la Piñata con sus
carros. Otra parte llegaba de las mitades de la subasta de las limosnas del San
Ramón de Gresande y del San Jorge de Cristimil incluyendo la venta de las varas
de San Jorge del año anterior.
Los Protagonistas
Aunque
en la fiesta de la Piñata participaban masivamente los vecinos de Gresande y
Cristimil los que ostentaban el cargo de generales tenían un especial
protagonismo. Así deberemos destacar, en los últimos veinte años de la fiesta, a
los hermanos González Peña de Quintá, Victorino, Jesús (abuelo de nuestro amigo
Daniel González Alén, Delmiro y Jaime, a Manuel de Carreira o José da Barreira,
que desempeñaron el papel de General de los de Cristimil. Entre los de Gresande
sabemos que los últimos que actuaron como generales en los años veinte fueron
Gaspar de Vales y Manuel do Souto dabaixo (hermano de mi abuelo), y a partir
del 1932 Cesáreo do Cachafeiro y Pepe de Gamalliño.
Cuatro hermanos de la familia González Peña de Quintá desempeñaron,
en distintas ediciones, el generalato de los Cristimil.
Otros
muchos participaron en la fiesta de la Piñata. Mi padre me hablaba de Elías de
Nogueiras de Vilar que primero soltero venía desde Noceda y subía con los de
Cristimil y luego de casado en Sotolongo venía desde Vilar a unirse con los de
Vales. Me hablaba también de Florentino de Gamallo de Barcia que llegaba a
Gresande con la gente de Outeiro, Barcia y Vilatuxe. Comentaba también mi padre
que los alcaldes Cándido Soto y Manuel Ferreiro eran asiduos asistentes a esta
fiesta. Con el periodista Jesús Iglesias Surribas llegó a la Piñata el impresor
de Lalín Celso Carrón que se hizo un asiduo asistente y creó el personaje
disfrazado de fraile que con sus astracanadas era con el “Juicio do Entroido”
uno de los atractivos de la última época de la Piñata. Otra persona que asistía
asiduamente a la Piñata fue José Otero Abeledo “Laxeiro”. Nacido en Botos el
año 1908, que estuvo asistiendo a la escuela de Porreiros del 24 al 27, se
consideraba uno más de Gresande. Comenta Daniel González Alén en el artículo
del Faro de Vigo, citado anteriormente que: "Aquella
mascarada y la de Botos debieron de influir en la pintura del artista lalinense
de manera que el tema del Entroido aparece reflejado en su obra en numerosos
lienzos”.
Agradecimientos
Tendría
que citar a muchísimas personas de Gresande que me han contado anécdotas de la
Piñata y seguro que algunos se quedarían en el tintero. A mi madre, que dos o
tres meses antes de la fiesta recogía a Maruja de Materio, la madre de Celsa de
Pedro de Vidal, e iban en ayuda de su tío Manuel do Souto con el cuaderno azul
donde construían los versos con los que iba a contestar al general de Cristimil
de turno. A mi padre, que algunos años subía con los de Cristimil y otros
bajaba con los de Gresande, la infinidad de anécdotas que me ha contado. A
Gaspar de Vales que me hizo añorar la Piñata cuando, siendo yo un niño, me contaba como disfrutaba en
ella. A José de Materio, a Abel de Gamallo, a Pedro de Vidal, a Amelia do
Souto, a mis tíos Manuel y José por las anécdotas que me han servido para
construir esta historia. A Javier de Vales, a Lola de Nogueiras, a Antonino do
Ferreiro, a Isidoro da Lama y en especial a Daniel González Alén, a Antonio
Presas y a Esther Vázquez por sus investigaciones sobre La Piñata de Gresande y
Cristimil.
Eladio Rodríguez
Cecilia Doporto Regueira y Antonio Vidal Neira
La campaña del año 1930, del Seminario de Estudios Gallegos en la tierra de Deza, tuvo una duración de siete jornadas de intensa investigación que van desde el domingo día 22 hasta el domingo 29 de junio. Para realizar los distintos trabajos de estudio, se desplazaron a Lalín, Cabeza de León, Taboada Roca, Joaquín Arias Sanjurjo, Otero Pedrayo, Castelao, Joaquín Lorenzo, Jesús Carro, Filgueira Valverde, Cuevillas, González García-Paz, Moralejo Laso y Fernández-Oxea. En esta campaña participó por primera vez Abelardo Moralejo Laso en la sección de filología. Vicente Risco fue uno de los miembros ausentes en esta campaña por estar disfrutando de una beca en Berlín. Este mimo año el profesor Fraguas no asistió a esta campaña por encontrarse su madre enferma.
Sobre esta fiesta pagana del “carnaval”, dejó abundantes notas J. Lorenzo en sus cuadernos de viaje por esta comarca y lo expresaba en idioma gallego de esta forma: “Entroido: Parece que se desafían entre parroquias, cada unha procura unha comparsa o millor que pode, cantos máis oficios millor (barbeiros, aradores, etc. cacheadores de cantinas que van con fachicos acesos e acercábanllos ás saias das mulleres, etc.), escollen un capitán que terá que ir acabalo e o millor aparellado, que poda ser o mellor vestido, con traxe militar. Presentase no campo e alí hai centinelas que dan o alto ou deixano pasar. Primeiro mandan un correio as compañias, que fala cos centinelas e piden paso. Logo cando se encontaran os dous capitais discuten con grandes discursos, podendo ser en verso, rematando por quedar amigos, chocan as espadas, e comenza a festa dando orde cada un aos oficios que leva para que traballen, e póñense a traballar cada un no seu oficio facendo parvadas e imitando o oficio que representa.