viernes, 3 de noviembre de 2017

A PIÑATA Historia

LA PIÑATA de Gresande-Cristimil.

Historia

La más famosa fiesta de Entroido de la comarca de Deza del último tercio del S. XIX y primero del S. XX.

Preámbulo

La fiesta de “A Piñata” que se celebraba en el campo de A Goleta, el primer domingo de cuaresma, entre los vecinos de Gresande y los de Cristimil, era la celebración del Entroido más popular y más concurrida de la comarca de Deza y uno de los más importantes “Altos dos Xenerais” de la Galicia Central.

Al Domingo de Piñata, desaparecido hace ya más de 80 años al estallar la Guerra Civil, acudían también los vecinos de las parroquias limítrofes disfrazados con trajes carnavalescos o utensilios clásicos de los diferentes oficios.

Tan sonada era la fiesta del Domingo de Piñata que los periódicos regionales incluso daban cuenta de ella. En la edición de “El Pueblo Gallego” de Vigo del 4 de marzo de 1930, se daba cuenta del programa de la fiesta de La Piñata que se iba a celebrar en el campo de “A Goleta” el domingo siguiente de aquel año.

El Pueblo Gallego de Vigo, 4 marzo 1930

Organización de la Fiesta

Esta Fiesta de Piñata, que era la escenificación de una obra de teatro al aire libre, en la que se enfrentaban la comitiva de los vecinos de Gresande a la de los de Cristimil. Cada una de las dos comitivas iban al mando de un general que era, digámoslo así, los protagonistas de la obra.

A las doce de la mañana del domingo, las comitivas formadas con un general al mando, vestido para la ocasión, montado sobre un enjaezado caballo, acompañado por sus caballeros, sus tropas de a pie, los artesanos de diferentes oficios, la banda de música y de festeros salían la de Gresande del “Campo da Festa” en Gresande y la de Cristimil del “Campo da Festa” en Mato, para reunirse ambas en el campo de A Goleta, limítrofe entre ambas parroquias. Allí escenificaban un enfrentamiento entre los dos generales, que se mantenían a lomos de sus enjaezados corceles, “Versallando”con disputas verbales. El resto de los miembros de las comitivas, adecuadamente ataviados, escuchaban y vitoreaban las ocurrencias de cada uno de los generales. Al final se hacían las paces entre ambas comitivas y se disponían a disfrutar de la fiesta. El posicionamiento de las escuadras lo describe muy bien Ester Vázquez Blanco de Mato, alumna del Instituto Ramón Aller de Lalín, en su trabajo sobre la Piñata, publicado en la revista de dicho instituto.


Tradiciones Populares. Revista Instituto Bachillerato Ramón Mª. Aller Ulloa de Lalin. A Piñata de Gresande e Cristimil. Mª. Esther Vázquez Blanco

También asistían a la fiesta otros muchos vecinos de ambas parroquias o de las limítrofes, convenientemente disfrazados, que representaban a los diferentes oficios como herreros, carpinteros, canteros, tratantes, arrieros, capadores, jamoneros, lecheros, zoqueiros, pescadores, cavadores, segadores que venían acompañados de herramientas propias de cada oficio o de animales necesarios para ello.

Cuentan los de Ramil que Manuel de Pampín estuvo un año recortando y vaciando un tronco de abedul, que luego adecuadamente pintado se convirtió en un jamón que parecía auténtico. Convenientemente vestido de jamonero lo paseaba por el campo de A Goleta y se ayudaba de un palo bien afilado para tentar los jamones de las mozas que aparecían a su paso y le gustaban.

Con motivo de la fiesta también se formaban coros que ensayando los días anteriores a la fiesta interpretaban letras compuestas para la ocasión que interpretaban con música de canciones conocidas.

Tampoco solía faltar alguien disfrazado de fraile que desde un púlpito improvisaba un sermón lleno de humor y retranca.

Tanto los versos que pronunciaban los generales como las canciones que interpretaba el coro versaban sobre temas de acontecimientos políticos o sociales de los lugares, de las parroquias, de la comarca o del estado. Curioso: en las disputas verbales entre los generales se utilizaba el idioma castellano y en las canciones del coro y en el sermón del fraile u otras actuaciones se usaba el idioma gallego.

Otro acto muy bien acogido por los festeros era el “Juicio do Entroido” en el que un vecino (en los últimos años Manolo da Lama de Mato) disfrazado, con un lacón y unos chorizos colgados llagaba en un carro al campo en donde delante de la pareja de la Guardia Civil era juzgado y cuando iba a ser condenado a muerte conseguía escaparse entre el jolgorio general.

Aunque en la Fiesta de la Piñata nunca se produjeron trastornos de orden público siempre asistían las autoridades locales de Lalín para controlar lo que se decía y la pareja de la guardia civil para mantener el orden.

La fiesta del Domingo de Piñata, a la que también concurrían tabernas ambulantes o rosquilleras, siempre terminaba con baile y diversión hasta bien entrada la noche.

Empuñadura del sable que lucía mi tío abuelo Manuel do Souto, en los años treinta como general de los de Gresande.

Historia
No se conoce el origen de la famosa Fiesta de la Piñata, de Gresande y Cristimil, en A Goleta. Como otros “Altos de Generales” de la Galicia Central los orígenes de A Piñata quizás estén en la imitación de las guerras carlistas de mediados del siglo XIX imitando los uniformes, la disciplina y las armas cambiando únicamente las peleas reales por las verbales.

El nombre de Piñata quizás se lo han dado emigrantes que regresaban de América y participaban en este festejo ya que allí se identificaba la Piñata con cualquier festejo popular.

Los versos puede que sean una imitación de los sainetes de la última mitad del siglo XIX. Los Hermanos Alvarez Quintero, Carlos Arniches o Pedro Muñoz Seca estaban de moda y se sentirían cómodos recitando alguno de los versos que en la Piñata declamaban los generales.

Sainete es una pieza dramática satírica, de carácter costumbrista y popular”. Un buen ejemplo el de Pedro Muñoz Seca e “La casa de la Juerga”:

Tengo un borrico canelo más sabio que un profesó,
con orejas de ministro y ojos de gobernaó.
Rebusna como si fuera diputao ministerial
y se come hasta el pesebre como cualquier concejal.
Yo quisiera que a mi burro lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos no lo voy a conocer.
Pedro Muñoz Seca: “La Casa de la Juerga”

En el año 1879, cuando el Tío Manuel de Insua funda la Banda de Música de Gresande-Sanxurdo, ya existía la Piñata. De hecho la banda fue creada para participar en la fiesta de La Piñata. Tan unida estuvo la fiesta de la Piñata a la Banda de Música y tanta importancia tuvieron ambas en Gresande y Cristimil, que los mayores de los lugares comentan que en aquella época “onde había un mozo había un músico e a maior satisfacción da que un mozo podía disfrutar era ser nombrado general dun dos bandos”. Cuando la Piñata desaparece la Banda de Música, a los pocos años también desaparece.
Comenta Daniel González Alén en su crónica sobre La Piñata, publicada en el Faro de Vigo del 25 de febrero de este año 2017: “Lástima no haber recogido años atrás los testimonios de los protagonistas, ahora todos ellos fallecidos y tener que conformarnos con las referencias de sus vecinos y descendientes, en aquella época niños, que asistieron como espectadores y que ahora aún emocionados recuerdan aquellos lejanos años”. Por eso, sigue comentando González Alén, “las primeras referencias que pudimos recoger de los vecinos de más edad nos llevan al año 1915 cuando Victorino González Peña actuaba como general de los de Cristimil antes de emigrar a Buenos Aires”. “En varios países de Sudamérica tenía tradición la fiesta del Carnaval y desde allí llegó a muchos lugares de Galicia, de Canarias y de otras zonas de España como San Sebastián o Ciudad Real mezclándose con otras tradiciones populares”.
La banda de música de Gresande-Sanxurdo amenizaba con otra más los últimos años la Piñata. La subvención de la fiesta, una parte corría a cargo de los vecinos, con cuotas que marcaba la comisión, según un baremo de posibilidades de cada uno. Otra parte se cobraba a los taberneros que acudían a la Piñata con sus carros. Otra parte llegaba de las mitades de la subasta de las limosnas del San Ramón de Gresande y del San Jorge de Cristimil incluyendo la venta de las varas de San Jorge del año anterior.

Los Protagonistas
Aunque en la fiesta de la Piñata participaban masivamente los vecinos de Gresande y Cristimil los que ostentaban el cargo de generales tenían un especial protagonismo. Así deberemos destacar, en los últimos veinte años de la fiesta, a los hermanos González Peña de Quintá, Victorino, Jesús (abuelo de nuestro amigo Daniel González Alén, Delmiro y Jaime, a Manuel de Carreira o José da Barreira, que desempeñaron el papel de General de los de Cristimil. Entre los de Gresande sabemos que los últimos que actuaron como generales en los años veinte fueron Gaspar de Vales y Manuel do Souto dabaixo (hermano de mi abuelo), y a partir del 1932 Cesáreo do Cachafeiro y Pepe de Gamalliño.


Cuatro hermanos de la familia González Peña de Quintá desempeñaron, en distintas ediciones, el generalato de los Cristimil.


Otros muchos participaron en la fiesta de la Piñata. Mi padre me hablaba de Elías de Nogueiras de Vilar que primero soltero venía desde Noceda y subía con los de Cristimil y luego de casado en Sotolongo venía desde Vilar a unirse con los de Vales. Me hablaba también de Florentino de Gamallo de Barcia que llegaba a Gresande con la gente de Outeiro, Barcia y Vilatuxe. Comentaba también mi padre que los alcaldes Cándido Soto y Manuel Ferreiro eran asiduos asistentes a esta fiesta. Con el periodista Jesús Iglesias Surribas llegó a la Piñata el impresor de Lalín Celso Carrón que se hizo un asiduo asistente y creó el personaje disfrazado de fraile que con sus astracanadas era con el “Juicio do Entroido” uno de los atractivos de la última época de la Piñata. Otra persona que asistía asiduamente a la Piñata fue José Otero Abeledo “Laxeiro”. Nacido en Botos el año 1908, que estuvo asistiendo a la escuela de Porreiros del 24 al 27, se consideraba uno más de Gresande. Comenta Daniel González Alén en el artículo del Faro de Vigo, citado anteriormente que: "Aquella mascarada y la de Botos debieron de influir en la pintura del artista lalinense de manera que el tema del Entroido aparece reflejado en su obra en numerosos lienzos”.

Agradecimientos
Tendría que citar a muchísimas personas de Gresande que me han contado anécdotas de la Piñata y seguro que algunos se quedarían en el tintero. A mi madre, que dos o tres meses antes de la fiesta recogía a Maruja de Materio, la madre de Celsa de Pedro de Vidal, e iban en ayuda de su tío Manuel do Souto con el cuaderno azul donde construían los versos con los que iba a contestar al general de Cristimil de turno. A mi padre, que algunos años subía con los de Cristimil y otros bajaba con los de Gresande, la infinidad de anécdotas que me ha contado. A Gaspar de Vales que me hizo añorar la Piñata cuando, siendo yo un niño, me contaba como disfrutaba en ella. A José de Materio, a Abel de Gamallo, a Pedro de Vidal, a Amelia do Souto, a mis tíos Manuel y José por las anécdotas que me han servido para construir esta historia. A Javier de Vales, a Lola de Nogueiras, a Antonino do Ferreiro, a Isidoro da Lama y en especial a Daniel González Alén, a Antonio Presas y a Esther Vázquez por sus investigaciones sobre La Piñata de Gresande y Cristimil.
Eladio Rodríguez

Cecilia Doporto Regueira y Antonio Vidal Neira  
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La campaña del año 1930, del Seminario de Estudios Gallegos en la tierra de Deza, tuvo una duración de siete jornadas de intensa investigación que van desde el domingo día 22 hasta el domingo 29 de junio. Para realizar los distintos trabajos de estudio, se desplazaron a Lalín, Cabeza de León, Taboada Roca, Joaquín Arias Sanjurjo, Otero Pedrayo, Castelao, Joaquín Lorenzo, Jesús Carro, Filgueira Valverde, Cuevillas, González García-Paz, Moralejo Laso y Fernández-Oxea. En esta campaña participó por primera vez Abelardo Moralejo Laso en la sección de filología. Vicente Risco fue uno de los miembros ausentes en esta campaña por estar disfrutando de una beca en Berlín.  Este mimo año el profesor Fraguas no asistió a esta campaña por encontrarse su madre enferma.

Sobre esta fiesta pagana del “carnaval”, dejó abundantes notas J. Lorenzo en sus cuadernos de viaje por esta comarca y lo expresaba en idioma gallego de esta forma: “Entroido: Parece que se desafían entre parroquias, cada unha procura unha comparsa o millor que pode, cantos máis oficios millor (barbeiros, aradores, etc. cacheadores  de cantinas que van con fachicos acesos e acercábanllos ás saias das mulleres, etc.), escollen un capitán que terá que ir acabalo e o millor aparellado, que poda ser o mellor vestido, con traxe militar. Presentase no campo e alí hai centinelas que dan o alto ou deixano pasar. Primeiro mandan un correio as compañias, que fala cos centinelas e piden paso. Logo cando se encontaran os dous  capitais discuten con grandes discursos, podendo ser en verso, rematando por quedar amigos, chocan as espadas, e comenza a festa dando orde cada un aos oficios que leva para que traballen, e póñense a traballar cada un no seu oficio facendo parvadas e imitando o oficio que representa.